Mi parto Parte III

jueves, 9 de agosto de 2012

Publicado por La Vaca Ke Ríe en 11:44
El quirófano empezó a llenarse de personal  y se dispusieron a empezar con la cesárea. Yo veía las bandejas con los utensilios y me mareaba y todo de pensar que todo eso iba a usarse en mi cuerpo. La verdad es que nunca me han operado de nada y me horrorizaba pasar por eso.

Vino la matrona que fue la misma que me atendió antes en monitores y le dije que quería hacer el contacto precoz piel con piel y el pinzamiento tardío del cordón si todo iba bien y me dijo que en ese quirófano no podía ser que eso sólo era en el de abajo, yo ya lo sabía pero por probar no perdía nada. Mi marido me contó luego que también se lo había comentado fuera y le dijo lo mismo.

Empezó la cesárea y yo no dejaba de respirar hondo para relajarme, de repente empecé a notar un dolor en el hombro y le dije a la anestesista si era normal y ella me dijo que a lo mejor tenia mal colocado el brazo me lo puso mejor aunque seguía doliéndome. Al cabo de poco el frío extremo se convirtió en una calor extremo, la anestesia empezaba a funcionar a pleno rendimiento. La anestesista me había avisado antes.

Llegó el momento de la incisión, noté una ligera presión, bien!!  la anestesia a echo efecto, pensé. Al poco  la anestesista me dijo, ahora te van a hacer una maniobra para bajar al bebé, te dolerá un poco, un poco casi me dejan sin respiración y sin costillas. Imagino que eso era la famosa maniobra de Kristeller que tanta polémica genera y que aún se aplica día sí, día también cuando no debería aplicarse tanto. En mi caso no sé si es necesaria o no, yo al no tener contracciones imagino que el bebé no baja de forma natural y se debe hacer pero vamos no estoy segura.

De repente oí  a mi niña llorar, bueno yo y medio hospital porque la pobre ay que ver que caja torácica tenía y que llorona me salió, cuando se la llevaban todos los días a bañarla el papi y yo reconocíamos su lloro desde la habitación.

Le hicieron los test y la matrona me la trajo para que la viera.  Pero que preciosa era, no podía aguantar las lágrimas. Creo que es el momento más emocionante de toda madre aunque en mi caso fue visto y no visto porque enseguida se la llevaron. Le dije a la matrona que quería que se la llevara enseguida a mi marido para que  él hiciera contacto piel con piel.

 Me cosieron y me llevaron a la sala REA, allí estuve cerca de dos horas, hasta que no moviera las piernas no me llevaban con mi hija y no veáis yo allí sin dormirme y venga a hacer esfuerzos para poder mover las piernas y ver a mi princesita.

A las dos me subieron a la habitación y ya no quise despegarme más de ella.

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